Margarita: destino cinematográfico y cultural
El Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño de Margarita se constituye como un espacio propicio para celebrar el poder creador del continente; desde que aquel pasado 9 de octubre de 2008, se sembrara la semilla que germinaría en un evento con un claro objetivo: reconocer el trabajo de los cineastas de Venezuela y el de nuestros países hermanos.
Esta fiesta alcanza todos los rincones de nuestra geografía, en aras del fortalecimiento de la cultura cinematográfica y la integración de nuestros pueblos de América, a través del encuentro de intelectuales, realizadores y artistas para celebrar la creación fílmica; en un espacio propicio para las ideas y la inclusión. En este sentido, el festival sentó un precedente acercándolo a las comunidades, producto que surgió de un tímido sueño hace más de 15 años.
Pensar en hacer un festival de cine en nuestro país, ya no es una utopía, tomando en cuenta que hace más de una década, promover y difundir el cine venezolano y latinoamericano era una difícil labor. No existían políticas públicas para materializar desde aquel paisaje onírico, un gran festival de cine.
Así la “Asociación por un Buen Cine”, creada en Margarita, fue una iniciativa con una noble inquietud: poder llevar grandes películas del cine venezolano y latinoamericano a las localidades de Nueva Esparta. Gracias a las políticas públicas, generadas desde la creación de la Plataforma del Cine y Medios Audiovisuales del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se rescata ese sueño con el propósito de hacerlo realidad de la mano de Víctor Luckert, quien ejercía sus funciones como coordinador de esta red en el estado Nueva Esparta y logra engranar a las distintas instituciones que la componen, resultando una simbiosis entre el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), la Fundación Cinemateca Nacional, la Fundación Villa del Cine y la Distribuidora Amazonia Films.
El ideal desde el principio estuvo claro, fundar un festival de cine dedicado a las comunidades, con el potencial de ser un referente cinematográfico en todo el continente y el mundo. Ya se cumplen cinco ediciones, reuniendo un significativo número de actividades, comprendidas en proyecciones cinematográficas gratuitas, diseminadas en toda la región insular, vinculando distintos espacios para la exhibición como salas comerciales, cine itinerante y concursos nacionales, en los que se escoge al ganador a través del voto del pueblo. Por si fuera poco, talleres de formación alcanzan lejanas comunidades, mientras que productores y personalidades del cine realizan extraordinarias asambleas, para discutir temas comunes con el fin de generar ideas en pro del desarrollo del cine en toda la región.
En este sentido, el Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño rompe desgastados moldes con propósitos excluyentes y se erige como un destino cultural ineludible para todos aquellos que gusten sumergirse en una experiencia enriquecedora.
Son 200 películas en competencia las que convergen este año, a través de nueve categorías en las que 25 personas serán los encargados de dictaminar, quiénes serán los ganadores de entre las 73 películas en competencia; salvo en el caso del V Concurso Nacional de Cine y Video Comunitario y el II Concurso Mis Primeros Pies-cesitos, donde las obras fueron sometidas a votación popular en mesas anteriores, alcanzando más de 27 mil espectadores; datos que ratifican al festival como un referente cultural en el ámbito cinematográfico del continente.
Los países de Centro América son homenajeados a través de sus cinematografías, contando con invitados especiales de reconocida trayectoria en el medio audiovisual, que tendrán la oportunidad de exponer sus ideas en los diferentes encuentros, haciendo de este festival un recinto para el aprendizaje, el debate y el intercambio con las comunidades.