Venezuela se crece en festivales internacionales de cine
Venezuela culminará este 2013 como uno de los años más importantes en materia cinematográfica de toda su historia, como resultado de los logros y el impulso del Gobierno Bolivariano en la materia, a lo largo de estos 14 años de revolución, que han formado parte de las políticas de transformación cultural adelantadas hasta la fecha por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
Sólo en los primeros nueve meses de este período, el cine criollo ha sido seleccionado en cinco festivales mundiales de categoría “A” -clasificación que otorga la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF)- obteniendo reconocimientos, hasta ahora, en dos de estos certámenes: el Premio Glauber Rocha a la Mejor Película Latinoamericana para La distancia más larga, de Claudia Pinto, en el Festival de Montreal (Canadá); y la Concha de Oro al filme Pelo malo, dirigido por Mariana Rondón, en el Festival de San Sebastián (España).
Según el presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), Juan Carlos Lossada, el galardón que recibió la película Pelo malo representa “uno de los reconocimientos más destacados que se le haya otorgado a nuestra cinematografía, solamente comparable con la Cámara de Oro que ganó la película Oriana, de Fina Torres, en el Festival de Cannes de 1985”.
Pelo malo y Libertador, ésta última dirigida por Alberto Arvelo y protagonizada por Édgar Ramírez, también participaron recientemente en el Festival de Toronto (Canadá), que a pesar de no ser un evento competitivo, es considerado uno de los encuentros cinematográficos más importantes del continente.
En el mes de octubre, el largometraje Algo pasó en el alma, de Rossana Matecki, participará en la sección Espíritu libre, de la edición número 29 del Festival de Cine de Varsovia, en Polonia. Además, el filme Esclavo de Dios, dirigido por Joel Novoa, competirá en la Selección Latinoamericana del Festival de Mar del Plata, en Argentina (único festival clase “A” de Sur América). La película El regreso, ópera prima de Patricia Ortega, integra la muestra Panorama Latinoamericano del mencionado encuentro, mientras que el largometraje documental El río que nos atraviesa, dirigido por Manuela Blanco, se exhibirá en la categoría Ventana Documental.
“El conjunto de la cinematografía nacional ha sido reconocido en el exterior como un cine de calidad, al punto de haber sido seleccionado en 5 festivales de categoría “A” en un mismo año”, comenta el presidente del CNAC. Además, recuerda que la industria local obtuvo un importante reconocimiento a través del filme Brecha en el silencio, de los hermanos Luis y Andrés Rodríguez, en el Festival de El Cairo (Egipto) en 2012, donde se llevó tres de los principales premios (Mejor Ópera Prima, Premio de la Crítica y Mejor Actriz), y que ha sido recientemente nominada al Oscar como Mejor Película en Lengua Extranjera.
Este año, finalizando el tercer trimestre de 2013, se registra la participación de propuestas cinematográficas locales en 121 festivales internacionales de cine, obteniendo 28 premios y menciones especiales. “Hay un reconocimiento mundial de que América Latina representa el continente de la esperanza en la irrupción de un cine que se renueva, que se mira a sí mismo, que mira a los demás, que es capaz de comunicarse con otras cinematografías más potentes y que ahora ha llegado la hora de que pase a ocupar un puesto en el mundo”, dice
Lossada.
Etapa de profundización
Más de 2 millones de personas han visto películas venezolanas en el 2013, cifra que representa el mejor registro de audiencia de cine nacional en 26 años (desde 1987). Al finalizar el año, se habrán estrenado entre 20 y 30 películas venezolanas en la cartelera local, cantidad que será similar en el
2014, según las cifras manejadas por el CNAC. “No sería exacto decir que el cine venezolano está pasando por un buen momento, más bien creo que el cine nacional está viviendo una gran etapa”, confesó el máximo representante de esta institución.
No sólo el cine hecho con los modos de producción convencional está teniendo buena acogida dentro y fuera del país; también hay un auge en la producción comunitaria, organizada a través de las Redes Estadales Populares de Cine y el Audiovisual en todas las entidades federales, así como también ha ocurrido el surgimiento de un número significativo de festivales y muestras nacionales -más de 40.
“Para el CNAC es un compromiso mantener estos frutos y por eso hemos impulsado la creación de las Redes de cine y audiovisual. Todavía es mucho el trabajo que tenemos que hacer en las regiones y el impulso que debemos dar a las comunidades de todos los estados, quienes están atreviéndose a incursionar en la creación de un nuevo lenguaje cinematográfico”, enfatiza Lossada.
Asimismo, puntualizó: “En la medida que trabajemos al lado de los muchos talentos que hay en las regiones, promoviendo nuevas oportunidades, acompañando sus proyectos y sueños, en poco tiempo vamos a poder ver nuevos frutos para etapas más desafiantes de nuestra cinematografía. Todos estamos comprometidos en la construcción de un imaginario audiovisual venezolano multicultural, que nos refleje en toda la variedad de las expresiones artísticas y los talentos que nos caracterizan como pueblo”.
F/ Foto fija de «La distancia más larga», película ganadora del Premio Glauber Rocha en el Festival de Montreal (Canadá). Crédito: Cortesía de Prensa «La distancia más larga».