La animación busca ampliar horizontes en Latinoamérica
La sexta edición del Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño de Margarita también dedicó un espacio para la discusión sobre el panorama de producción de filmes de animación en el continente. Varias aristas como la formación, la calidad de los contenidos y la sincronización de la evolución de los equipos tecnológicos con las técnicas utilizadas en el área, fueron tomadas en cuenta por expertos, estudiantes y profesionales, durante una charla realizada el pasado jueves 16 de octubre en los espacios de Hotel Venetur de Margarita.
Cuatro referentes de la animación latinoamericana describieron el contexto de trabajo en cada uno de sus países. Walter Tournier (Uruguay), Juan Padrón (Cuba), Alberto Monteagudo (Venezuela) y Raúl Ávila (Argentina), conversaron con el público acerca de sus inquietudes como profesionales y las posibilidades que tienen las nuevas generaciones para incorporarse a esta labor audiovisual.
El argentino Raúl Ávila describió parte de las ventajas que existen actualmente para la producción de filmes de animación y del auge en la aplicación de técnicas como el stop motion. “En los últimos años creo que ha surgido una especie de necesidad de trabajar en animación a través de esta técnica, porque ofrece una cantidad de variantes que hacen accesible a distintos niveles para producir material de calidad. Solamente existe la limitación de la imaginación o un buen guión o una buena idea”, dijo.
Ávila hizo énfasis en la generación de contenidos, punto que catalogó como el eslabón débil dentro de la producción Latinoamericana. “Ya se ha adquirido la capacidad técnica o creativa para realizar cosas, pero ahora más que nunca se hace evidente la necesidad de un contenido y sobre todo el concepto, la idea o el guión que justifique el esfuerzo de este tipo de trabajo”, explicó.
Cuadros multidisciplinarios
Para Alberto Monteagudo, fundador del Departamento de Animación de la Universidad de Los Andes (ULA) y miembro de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos (ANAC), apuntó a la idea de no desestimar los orígenes de la animación sobre las artes pláticas.
“En la animación se aplica el ingenio, la inventiva, la imaginación de la gente que viene del campo plástico. Es decir, en un principio se trata de la búsqueda de la imagen, no del contenido, porque este ya tiene una técnica de reproducción que viene de la mano con el cine”, dijo el creador audiovisual y docente.
El cubano Juan Padrón, autor del personaje de animación Elpidio Valdés y filmes como Contra el águila y el león y ¡Vampiros en la Habana!, también apuntó a la importancia de crear buenas historias y trabajar en los guiones coherentes y acordes a las propuestas gráfica.
Además, celebró el panorama positivo que posee cuba actualmente en relación a la elaboración de nuevas propuestas. De hecho, señaló que cada año se producen alrededor de 300 minutos en filmes de animación y se han elaborado más de un centenar de cortos y cinco largometrajes. Asimismo, anunció que en los próximos meses se estrenará la primera producción de animación en 3D con factura local.
El director de animación uruguayo Walter Tournier expuso en el encuentro parte de la experiencia que obtuvo con la realización de la película Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe, considerada una de las mayores producciones de animación en el sur del continente americano (coproducción entre Uruguay, Argentina y Chile), con un presupuesto superior al millón 500 mil dólares.
“Los directores de animación buscamos expresar nuestra forma de ser y de sentir. Nos sentimos parte de nuestra América y buscamos una estética propia”, concluyó Tournier.