31 años de un sueño simple y desmesurado
La creación de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) es la consecuencia de una idea originario de integrar el nuevo cine latinoamericano.
El lugar escogido fue Cuba, la fecha, un 4 de diciembre de 1985 y su presidente fundador fue un hombre conocido: el escritor colombiano Gabriel García Márquez.
La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) es hija del Comité de Cineastas de América Latina (C-CAL) que a la vez es hija del Centro Latinoamericano del Cine formado en Viña del Mar, Chile.
Este parentesco cinéfilo nació en un momento importante de la historia de los realizadores en América Latina, así lo expresó Edmundo Aray, miembro del Consejo Superior de la FNCL.
“Quienes conformamos la fundación de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano eramos, somos cineastas activos que en un momento determinado enfrentamos a las dictaduras que asolaban nuestras regiones, que decidimos constituirnos como fundación, como organismo, para defender los principios no solo, diría de nuestros pueblos, sino también para defender una estética nueva que acudiera y representara a nuestros pueblos, a nuestros destinatarios por la lucha que tienen por una sociedad mejor”.
En el marco de la séptima edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, Gabriel García Márquez pidió a los gobiernos de América Latina una reflexión creativa para lograr la integración del cine latinoamericano, utilizando como punto de partida la FNCL que nacía con personalidad jurídica autónoma.
Sus objetivos como fundación estaban claros: fortalecer el cine latinoamericano, su producción, distribución y exhibición, esto dentro de la lucha por mantener una solidaridad con el fin de preservar el patrimonio cultural de los pueblos.
Entre otro de sus objetivos estaba propiciar la investigación, docencia, conservación y archivo de las obras cinematográficas, es por esto que un año después, el 15 de diciembre de 1986, la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) abrió sus puertas.
El sueño realizado de ver crecer la fundación y luego la escuela, es para el cineasta Tarik Souki Farias un milagro, “dentro de la dispersión, dentro de la procura de la pérdida de identidad nacional sobre nuestros países que ejercen las grandes potencias imperiales, que exista un centro donde un aspecto tan importante de la cultura, como el desarrollo de la cinematografía nacional esté amparado tanto por la parte del apoyo del estímulo, del desarrollo, de la reflexión sobre la cinematografía nacional por un lado, como por la formación de los nuevos cineastas, son dos acciones novedosas, completamente de identidad cultural, por eso son unos milagros”.
García Márquez apuntaba que el objetivo final de la fundación era lograr la integración del cine latinoamericano, “así de simple y así de desmesurado”.
A 31 años de su fundación, Alquimia Peña, directora general de la FNCL aseguró que la fundación no es más que el resultado del pensamiento, de la vanguardia de la cultura, de la cinematografía latinoamericana.
“Nuestra fundación continuará trabajando por el cine, por el desarrollo, por la integración, por la memoria, por la diversidad de nuestro cine, de nuestro continente y la escuela por supuesto como un proyecto fundamental de la fundación, seguirá siempre y aquí seguimos por los próximos 30 años”.
Texto: Mawarí Basanta
Foto: Cortesía/FNCL