Francisco Padrón y su magistral paleta de colores
Durante tres horas, el director de arte Francisco Padrón conversó sobre sus experiencias al frente de la dirección artística de las películas venezolanas durante sus 27 años en el mundo del cine.
Francisco Padrón comenzó en el mundo del cine como el asistente del asistente, del asistente del director de arte.
Un aprendiz que no cobraba por limpiar los baños y pasar la escoba en el set de la película “Luna llena” de Ana Cristina Henríquez, y a quien en uno de esos días de rodaje, lo solicitaron para pintar unas camas y desde ese momento se quedó, “y aquí estoy…27 años haciendo el oficio de arte”.
Eso fue en 1990.
Casi tres décadas después, el utilero, ambientador, decorador y director de arte Francisco Padrón es uno de los técnicos cinematográficos de óptima calificación con los que cuenta el cine venezolano: en su filmografía esperan por estrenar “Hijos de la tierra” de Jacobo Penzo, “Muerte en Berruecos” de Caupolican Ovalles, “Yo, mi ex y sus secuestradores” de Javiera Fombona, “Lunes, martes, nunca domingo” bajo la dirección de Maruvi Leonet Villaquiran y “Papita, maní, tostón 2” de Luis Carlos Hueck.
¿Cómo aprendió el oficio Francisco Padrón? Él responderá que con los años, las experiencias, las caídas y los errores.
“Por supuesto uno empieza desde abajo, desde ser un aprendiz y poco a poco vas creciendo (…) Este es un medio muy selecto, la gente tiene que tener cierta característica. Esta es una pela muy dura, los días son infinitos, es un oficio de tiempo, uno aprende con el tiempo”.
Francisco Padrón se movió por todo el organigrama de arte en una película: fue el muchacho que sostenía una escalera, buscaba una brocha, una tela, fue un asistente en el departamento de arte.
Fue utilero, esa persona encargada única y exclusivamente de atender el set cuando se está grabando, de estar en el momento, pegado al lado de la cámara con la “utilería de acción”, atento a las piezas asignadas a cada personaje.
Francisco Padrón trabajó y trabaja como ambientador: esa persona que está en capacidad para montar un decorado, de crear una escenas donde todas las cosas se vean acordes con la realidad.
Y Francisco Padrón es director de arte, “un buen director de arte es el que hace el trabajo de arte visual, lo que se ve en pantalla acorde con unos requerimientos del guion, es más una gerencia. Un director de arte lo que hace es gerenciar todo un trabajo de un equipo, tiene que supervisar además vestuario y maquillaje, además de ambientación y construcción”.
Para Francisco, existe un matrimonio entre la dirección de fotografía y la de arte, “todos estamos trabajando en función de una cámara, todos estamos trabajando en función de contar una historia. El trabajo de fotografía y de arte jamás está divorciado, nosotros apoyamos, nosotros le creamos el espacio físico y donde se va a desarrollar la puesta en escena”.
Esta puesta en escena incluye conversar sobre la paleta de colores en las que trabajarán las escenas, la iluminación, la cinética dentro de un encuadre y tener todo a la mano para la puesta en escena.
La metodología ideal para Francisco Padrón al realizar una película es visitar la locación con el director, director de fotografía, dirección, sonidista y producción para coordinar, entre muchas cosas, dónde van a “chutar”.
Con lápiz, papel, un metro y una cámara, Padrón anota todos los detalles, toma fotografías y crea una lista fundamental de lo que necesita, “las listas son fundamentales en un rodaje, ¡aquí no se puede olvidar nada!”
Recrear una historia
La filmografía de Francisco Padrón recorre películas de Carlos Azpúrua, “Disparen a matar” (1990), “Roraima” de Carlos Oteyza, “Aire Libre” (1994) de Luis Armando Roche, “Mecánicas Celestes” (1994) de Fina Torres, “El caracazo” de Román Chalbaud, “Boves” bajo la dirección de Luis Alberto Lamata, “Son de la calle” de Julio César Bolívar.
Pero también ha participado en televisión, en las producciones de videoclips y publicidad.
Entre un comercial y una película, Padrón marca una diferencia, “en publicidad todo se ve muy limpio, siempre es aspiracional, siempre tratamos de que la cosa se vea bonita; en el cine no, en el cine tratamos de que sean reales. Si no estamos acorde con la escena en el cine, sencillamente se nos cae la mentira porque nosotros somos unos grandes mentirosos, todo lo que pasa en una película de verdad no está pasando. Nosotros estamos recreando una historia”.
En el diseño de arte, Padrón acusa un error común: la soberbia.
“Tienes que estar muy pendiente de tus tiempos y tus necesidades. Muchas veces se tiende a descuidar con los tiempos, pensar que ya todo está listo y no es así, también pensar que lo puedes hacer todo tú solo. Un equipo en una película tiene que estar en función del proyecto porque una persona de más te estorba, pero una persona menos sobrecargas de trabajo al equipo, son los mayores errores”.
De pasar a trabajar hace 27 años solo con lápiz, papel y pega, en el 2017 todo el arte se realiza con un diseñador gráfico, adaptarse a las nuevas tecnologías es el día a día de un hombre que se considera un aprendiz en el oficio como director de arte.
El Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) ofrece todos los jueves desde las 9:00 de la mañana, un encuentro con el programa Descubriendo Nuestros Protagonistas del Cine Venezolano.
Los próximos protagonistas serán anunciados en las redes sociales, en Twitter e Instagram @cnac_en_linea y en Facebook: Centro de Cinematografía CNAC.
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Texto: Mawarí Basanta
Fotografía: Rosa ElenaMota