«El asistente de dirección viene siendo los segundos ojos del director»
Rafael Gómez «Guataca», asistente de dirección en películas venezolanas, compartió momentos llenos de anécdotas en su Clase Magistral del Programa «Descubriendo Nuestros Protagonistas del Cine Venezolano».
Ha sido los segundos ojos de los directores de cine Román Chalbaud, Mauricio Walerstein, César Bolívar y Olegario Barrera; también cuenta con una amplia experiencia en televisión y teatro.
El asistente de dirección Rafael Gómez «Guataca», tiene más de cuarenta años de experiencia en el proceso de realizar una película, también en el de producción y dirección en televisión y teatro.
Comenzó en el teatro, un mundo en el que conoció al cineasta Román Chalbaud quien le propuso trabajar a su lado en la película «Sagrado y obsceno» (1976), en una época en la que el arte cinematográfico se hacía con poco presupuesto.
«Para esa época se hacía el cine prácticamente con las uñas, no había presupuesto fuerte, no había una política de apoyo cinematográfico y los recursos eran muy escasos, y la película se hacía prácticamente en el tiempo determinado».
Fue Román Chalbaud quien lo recomendó al cineasta mexicano Mauricio Walerstein y de esta manera fue su asistente de dirección en el largometraje «La empresa perdona un momento de locura» (1978).
«Es una obra de Rodolfo Santana llevada a cine, no solo trabajé como asistente de dirección para buscar las locaciones, aparte también hice del hijo de Simón Díaz (…) A veces me meten como actor porque de repente, en una de las películas que hicimos como fue «El Caracazo» (de Román Chalbaud), faltó un médico forense y yo hice de médico forense.
Como asistente de dirección, Rafael «Guataca» explica que su función es ser «los segundos ojos del director y tiene que estar pendiente todo».
«Cualquier detalle que haya pasado en chequeo de filmación tiene que notificarse al director, porque el director está pendiente de los actores, porque es ahí donde está la esencia, el cuento y el trabajo artístico que él hace con la puesta en escena, con sus actores».
Para Rafael «Guataca», un asistente de dirección tiene que tener una máxima planificación para comprobar que todo esté en orden, a la par de trabajar en conjunto con todo el equipo de producción, «desde el que recoge el cable, vestuario, cámara, informar que el plan de trabajo siga igual, o que hubo un cambio (…) Tiene que estar antes para chequear la utilería, si están bien puestas las cosas, es el segundo al mando en el sentido general, no solo en dirección.
Para el asistente de dirección, su oficio tiene mucho que ver con la psicología, cubrir las espaldas del director, «que no estrese al director, que se dedique a su `plastilina´, a su obra, a su creación, a su montaje, a su movimiento de actores».
35 milímetros de anécdotas
En la filmografía de Rafael Gómez «Guataca», la mayoría de sus trabajos son con el cineasta Román Chalbaud, «Sagrado y obsceno», «El pez que fuma», «Cangrejo 1», «Carmen la que contaba 16 años», «El Caracazo» y «Días de poder».
Como asistente de dirección de «El pez que fuma», Rafael «Guataca» tenía la tarea de buscar para una escena a personas de baja estatura y transformistas, «a mí me tocó, porque en ese momento no existía un casting como ahora, me tocó buscar a unas transformistas. Así que me tuve que ir a la avenida Libertador con una amiga, a altas horas de la noche y hablar con una que otra y pasarle un papel y si querían participar en una película».
En la película «La gata borracha» que se filmó en el Cine Canaima, Rafael «Guataca» tiene otra anécdota pero en esta oportunidad con el catering.
«El catering era un señor que construyó un motorhome pequeño que lo enganchaba una camioneta pickup, y él mismo preparaba la comida ahí, le decían «Culebra». Un día nos toca comer y yo digo: ‘hora de comida, hora de comer con Culebra’ y llega una señora y responde que ella no comía eso, que ella no comía culebra».
Su sobrenombre «Guataca» viene de otra experiencia pero en el Canal 5, cuando realizaba un programa sobre Colón, fue el actor Orangel Delfín quien lo apodó de esa manera.
«Estoy cuadrando la cámara y veo cuando comienza la escena, él está como descuidado y yo le grito ‘Pizón ponte en tu sitio, estás fuera de cuadro’ y llega y me dice ‘No me grites’ y yo le digo ‘No le estoy gritando a usted, le estoy gritando es al personaje’. A partir de ahí, él se hizo muy amigo mío y me dijo «Guataca» porque repetía mucho esa palabra».
El consejo que le ofrece Rafael «Guataca» a las nuevas generaciones es que se tomen el oficio con seriedad y pasión, «la pasión es lo más importante y sobre todo estudiar mucho y ser constante, constante con sus proyectos. No quebrarse porque el cine es uno de los oficios más difíciles porque tiene todos los componentes de las demás áreas. Tiene la música, la pintura, iluminación, tiene los efectos especiales, el sonido, el cine reúne todas las demás artes, pero ante todo la pasión».
Cada jueves, con motivo de los 120 Años del Cine Venezolano, el Programa «Descubriendo a Nuestros Protagonistas del Cine Venezolano», ofrece una ventana a los técnicos cinematográficos que han sido parte determinante para el desarrollo de la cinematografía nacional.
Con la Clase Magistral de Rafael Gómez, el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía ofrece al público que no pueda asistir, la oportunidad de conocer las historias en vivo por su canal en YouTube: Centro de Cinematografía CNAC VENEZUELA
Texto: Mawarí Basanta Mota
Fotografía: Sergio Gómez Antillano